miércoles, 10 de marzo de 2010

Ciclo Lectivo 2010

Palabras de Bienvenida
Educar es un acto de fe profundamente humano, porque es tener la plena convicción de que vale la pena hacerlo sabiendo que sembramos para que otros cosechen, y que, en esa cosecha, encuentren valores que los ayuden a vivir más plenamente.
Por este motivo, educar implica una gran generosidad, porque es entrega sin esperar ni recibir, muchas veces, nada a cambio.
Educar es apostar incondicionalmente al hombre, más allá de toda limitación personal, social o cultural. Por eso, el que educa nunca se da por vencido porque confía pacientemente sostenido por la vocación que conlleva su tarea.


Educar en el respeto sobre el otro es la pedagogía de la ejemplaridad. No hay mejor lección que el ejemplo de la propia vida. Ante el ejemplo coherente, todas las palabras son innecesarias. La ejemplaridad de vida habla por sí misma.


Como decía un educador: «Todos los que educamos explicamos lo que sabemos, pero enseñamos lo que somos».

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